lunes, julio 17, 2006

palabras de una mente enferma...

Es irónico pensar que un sentimiento tan lindo te pueda atormentar por dentro y sacarte de lugar, creyendo que lo que sientes está mal… porque la verdad es que no deberían ser así las cosas, tu allá, yo acá… donde la distancia es el protagonista que juega con nosotros.

Y es que quiero hablarte muy despacio al oído, decirte que lo que ocurre no es tu culpa, sino mía, ya que la que juega mal soy yo… tus movimientos son aciertos, los míos erróneos, hasta quizás mal intencionados, con la idea de que los corrijas. O talvez los errores de mis movimientos son la confusión que me provoca pensar que quizás me estoy apresurando.

Extraño es...

Y es que mis pasos son lentos y torpes, pero tú intentas corregirlos con tus dulces palabras. Algo así como un remedio, me inyectas sin darte cuenta y te conviertes en la cura de mi enfermedad.

Una agonía que pocos ven es la que tu lentamente conviertes en paz. Extraño es pensar como vuelves la penumbra en luz, como sacas sonrisas aunque no quiera reír, y lo más extraño aún es que por más que a ratos te quiera odiar no puedo.

miércoles, junio 28, 2006

y...


Quizás sea algo no cotidiano, pero no anormal.

Quizás esa no es la idea, hablar por hablar o sin fundamentos.

Quizás las ganas de gritarlo son más grandes.

Quizás estuve loca y cometí actos donde la sinrazón estaba por encima de la razón/lógica.

O talvez lo absurdo que pudo ser para ti, fue la locura que me convirtió en lo que fui… y en la conciencia de ellos quedara guardado el recuerdo de lo que un día pasado fue negro

martes, abril 25, 2006

Duendecitos

La puerta esta entre abierta y una pequeña luz se asoma, será que los duendecitos están jugando en la pieza?

Unas leves risitas se escuchan desde lejos, ellos estaban ahí saltando, jugando por entre la luz… estaban tan felices que no quería entrometerme en su lindo juego; juguemos a ser grandes, dijo el más pequeño. Pero los duendecitos no lo escucharon.

Luego de jugar un rato se sentaron a la luz de la vela, se recostaron y se durmieron, cada uno creo hermosos sueños, de colores perfectos, aromas exquisitos…

Y fue ahí cuando desperté de mis sueños y me di cuenta que los duendecitos ya no estaban, cerré los ojos, me arrope con mis sabanas y seguí imaginando historias…

domingo, marzo 19, 2006

Conciencia colectiva de lo absurdo....